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Supe, Perú, “Fraternidad Señor de los Milagros”
25-26 de junio 2022

Hace mucho tiempo no vivíamos un reencuentro tan profundo como el que gozamos este fin de semana. Desde el día 24 comenzaron a llegaron los padres, de Colombia y Puerto Maldonado para hospedarse en la Casa Hogar María Nuestra Madre en Villa el Salvador, que fue gentilmente acondicionada para nuestro Retiro de Padres. Las hermanas organizaron muy bien la distribución de los cuartos, y tuvieron el apoyo de 3 chicos que vinieron de Supe para cocinar y ser un apoyo más. Todo estuvo organizado de tal manera que las hermanas pudieron participar del retiro con nosotros.

El día 25, muy temprano comenzamos con el desayuno y ya la emoción embargaba con la llegada, uno a uno de los padres que vivimos en Lima.
Pasamos al salón donde se dio la bienvenida, los asistentes recibieron su librito, Reza con Nosotros. Los dejamos en sus asientos y les llamó la atención porque a pesar de haber sido enviado por internet, ahora lo tenían en sus manos. Algunos no nos conocíamos personalmente, solo por el zoom de los coloquios, otros nunca nos habíamos visto pero sentíamos que éramos familia. Es que la Comunidad Cenáculo es así, somos parte de una gran familia.
Hugo dio inicio a la reunión con un saludo a los padres que asistieron y comenzamos con el Rosario de Gozo, acompañados de las Hermanas. Se notaba la fuerza de los padres para rezar. Continuamos con la Adoración Eucarística, momento emotivo, lleno de paz y esperanza. Hubo mucha participación y entrega, sentimos la presencia del Espíritu Santo en nuestra sala y en nuestro corazón.

Luego escuchamos un audio de Madre Elvira, con mucha atención; no sabremos italiano, pero sentir su voz nos hace vibrar el corazón. Hugo con las hermanas hicieron la traducción y nos entregaron una copia impresa.
Cuanto hay que entender cada frase tan sabia de Madre Elvira, pensaba en todo, no solo recuperar a un chico que entraba en comunidad, sino también pensaba en los padres, en las familias enteras para que se recuperen de una vida sin sentido. Muchas veces conocemos casos que el hijo entra en comunidad y los padres no se integran, pues creen que entregaron un paquete que les estorbaba. En cambio, ves a otros padres que desde el primer día no se sueltan de la Comunidad, y esto vimos en este retiro, ¡¡padres integrados!!

La catequesis de Madre Elvira justamente trato de eso, recordándonos que la Comunidad es una familia grande, donde aprendemos a vivir en un mundo de calidad, no solo los hijos, sino también de nosotros los padres. No te esta exigiendo, te da con sus mensajes, avisos para que te des cuenta que este modo de vivir es el mejor, nuestros hijos lo conocen y les gusta, entonces que nos guste a nosotros también.

¡Qué fuerte es cuando Madre Elvira dice, ahora sus hijos no están con Uds. en casa se dan cuenta que no era tan felices! No nos juzga, sentimos que te mira y te dice, papá, mamá, cambia por tu bien y el de tu familia, el cambio es indispensable y solo con la Palabra de Dios alimentaremos nuestro espíritu para hacer el buen cambio.

Terminando la catequesis de Madre Elvira, tuvimos un break con unas galletitas y tizanas para el frio y sirvió para un momento de tertulia con los padres.
Retomamos la reunión, Hugo se dirigió a nosotros transmitiendo sus experiencias y sus aprendizajes en Comunidad, nos contaba cómo van avanzando los chicos, los momentos que se viven día a día, porque como toda casa siempre puede haber un conflicto, pero con el propósito de ver cómo solucionarlos y la convivencia se hace satisfactoria. Porque de eso se trata la convivencia en una casa. También nos contó cuando su familia llegó a visitarlo, iban bajando del bus, uno a uno hasta llegar a 15 !!! que felicidad sintió al verlos,

Continuamos con una catequesis de Padre Stefano, que nos llenó de ejemplos, como lo que los hijos ven cuando los visitamos o cuando están de verifica. Los chicos son muy sensibles y se dan cuenta de todo hasta de tus respuestas ante una eventualidad, si aún decimos malas palabras o si aún fumamos como antes lo hacíamos, se dan cuenta si rezamos nuestros rosarios.
Padre Stefano también nos dice que seamos ejemplo para otros padres, ya nosotros pasamos por eso y podemos dar la mano amiga y traerlos a que conozcan la comunidad y así mostrarles que, con Jesús en su vida, lograrán el cambio. También estamos aprendiendo a no llenarlos de regalos materiales sino regalos desde el corazón, el que no vean fuertes, llenos de amor siguiendo un camino como ellos, porque el amor también es mantenernos firmes en el camino, esto los hará felices. La Comunidad también quiere que los padres crezcan, que estemos mejor, que nuestra vida esté en paz, también somos un milagro.

Llego la hora del almuerzo donde pudimos degustar lo preparado por los chicos que pusieron todo su empeño para que todo saliera de lo más rico.
Fue otro momento para poder compartir, todos nos mezclamos en las mesas para si conocernos un poco más.

A las tres de la tarde reiniciamos con la coronilla a la Divina Misericordia y siguió la misa que fue realizada por el padre Giuliano, una homilía, clara y concreta sobre nuestros hijos y sobre nuestro camino a seguir en comunidad.
Terminada la misa, vinieron los testimonios de Hugo, Hermana Anna y Hermana Adevania nos contaron sus experiencias de vida, como llegaron a Comunidad, sus motivos y la cercanía que tuvieron con Madre Elvira, que emocionante que la hayan conocido y que pudieran recibir en abundancia sus sabias enseñanzas. Hugo no sabía el idioma y no entendía lo que Madre Elvira hablaba hasta que aprendió y ya pudo comunicarse con ella. También los padres conversamos de nuestras experiencias en la Comunidad. Terminando la reunión se recibieron las pautas para el viaje y la visita a la casa de Supe. Y también conversó sobre la importancia de aplicar lo aprendido en los coloquios y como debíamos llevar la visita.

El domingo 26, partimos a las 5.00 am y nos encontramos en un punto para tomar un café y una merienda. Enrumbamos hacia Supe y nuestro siguiente punto de encuentro fue El Molino. Fuimos llegando, Las hermanas con el carro lleno por los padres hospedados en su casa. Luego llego Doménico con una familia más y algunos chicos de Rayo de Luz, y los demás padres y familias.
Nos dieron la indicación de avanzar porque ya los chicos estaban listos y nos esperaban con el rezo del Rosario y a continuación participamos en la Adoración. Creo que es el momento mas emotivo y fuerte de la visita, al terminar Adoración se da el primer abrazo con nuestros hijos, los que ya pasamos por esto, nos vemos reflejados en cada padre con sus hijos y nos contagiamos de la emoción. Son abrazos interminables, acompañados por lágrimas de alegría y agradecimiento a la vez por la dicha de verlos bien.
Tuvimos luego un momento libre con nuestros chicos, donde nos enseñaban la casa y sus labores, de que estaban encargado cada uno, cual eran sus empeños y responsabilidades. Cuanto orgullo sentimos los padres en ese momento, nuestro hijo va forjándose en su camino con la fuerza de la oración y el trabajo.

Luego al toque de la campana compartimos otro delicioso almuerzo, se nota que cada día los chicos se esmeran en regalarnos lo cocinado por sus propias manos.
Habiendo terminado y realizado el servicio, se preparó todo para rezar la coronilla y continuar con la santa misa que era ofrecida por el padre Manuel, que está muy comprometido con la comunidad, y nos acompaña en estas reuniones, confesiones y catequesis con los chicos.

Terminamos la misa y Hugo llamo a tres chicos a dar testimonio, y nos contó todo el esfuerzo las ganas que habían puesto los chicos, sin dejar sus trabajos diarios,, duplicaron su tiempo para que la casa se vea más linda de lo que es. Fueron 30 dias de preparación para recibir a los padres y la verdad que nos llena de emoción como se alegran de compartir unos de 2 años, otro de 8 meses, otro de 6 meses y se nota el camino que van haciendo, sus expresiones son naturales sin dibujarse de alguna manera para impresionar, solo dicen o que su corazón siente.
Hugo invito a papá Cesar y mamá Frieda a contar sus experiencias con los padres que recurren para conocer la comunidad y saber como pueden hacer para que su hijo ingrese, también nos transmitieron su testimonio, acerca de su hijo Gian Franco, pionero de Supe que ahora es encargado de la Casa de Paraguay.

También invito a papá Fernando y mamá Ana María, para contar sus experiencias de la visita que hicieron a Saluzzo, donde fueron recibidos con tanto amor que han prometido regresar. Luego invitó a Doménico y habló de lo que fue la iniciación de la casa de Supe. Siempre es bonito escuchar nuestros comienzos, de dónde venimos y hacia dónde vamos.

Ya siendo la 5.00 pm procedimos a despedirnos, con una alegría inmensa de haber visitado nuestra casa, donde nuestros hijos van creciendo día a día, con sus carencias y sus logros van saliendo adelante. La visita concluyó con un gran abrazo a cada uno de los padres y los chicos, y definitivamente se van con el espíritu lleno de paz y tranquilidad, agradecidos de que en su camino exista la salvación a sus dolores, convencidos también que el camino es de toda la familia. No olvidemos nunca lo que Madre Elvira nos dijo “ Padres convertidos, hijos Salvados”

Gracias a todos los padres que hicieron el esfuerzo de venir tan lejos, gracias a los que acogen a los nuevos padres en sus visitas y dejan todo por estar ahí en estos momentos tan sentidos con las familias. ¡Siempre agradecidos por todo el esfuerzo y organización para que el Encuentro de Familias haya sido un éxito!

Y como párrafo final, las eternas gracias a Madre Elvira y la Comunidad Cenáculo por su entrega para salvar a nuestros hijos perdidos y regalarnos Una Esperanza que Renace!

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