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Mogi - Santa Teresita - 10 Años |
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Fraternidad “Santa Teresita”, Mogi das Cruzes, 13 de mayo 2020
El 13 de mayo, fiesta de N. S. de Fátima, celebramos el 10° aniversario de la fraternidad “Santa Teresita”. Tuvimos una sorpresa: los hermanos se disfrazaron y con canciones anunciaron la fiesta.
Después del Rosario, los jóvenes estaban organizando todo para la Santa Misa que era a las 11 h guiada por Don Eugenio, junto con los chicos, las familias y los tíos de la misión. No vinieron los amigos todavía por causa del coronavirus, pero los tuvimos presentes en nuestras oraciones y en nuestros corazones.
La homilía de Don Eugenio nos recordó el comienzo de nuestra casa, el primer grupo, el deseo de Madre Elvira de tener allí una casa para jóvenes y los numerosos sacrificios que hicieron posible esta obra de Dios. Agradecemos mucho a esta misión.
Para el almuerzo, no podía faltar una pizza deliciosa, los jóvenes hicieron el servicio con toques de fantasía y entre risas y compartidas tuvimos un bello momento de amistad. Por la tarde jugamos al futbol.
Luego tuvimos la Adoración al Santísimo que comenzó con la alegría de los cantos con gestos y las danzas y nos dejamos guiar por el Espíritu Santo. Fue muy bello ver cuántos participaron en las oraciones y las compartidas, agradeciendo ser parte de esta historia y confiando en Jesús en los momentos de dificultad.
Sin olvidar el deseo de Madre Elvira de abrir esta casa, agradecimos a la Virgen por su acompañamiento y por la presencia concreta de la Divina Providencia. A la cena los jóvenes prepararon una escena donde cada uno imitaba a otro de los jóvenes y fue muy divertido: todos se rieron mucho y estaban felices con la interpretación de los hermanos, hecha con amistad y con amor. Luego cenamos y vimos una película.
Es una pena no haber compartido este bellísimo día con nuestros amigos pero rezamos por encontrarnos pronto. Son 10 años de la fraternidad, con dificultades y alegrías, hoy vemos cumplido el deseo de Madre Elvira. ¡Damos gracias que Santa Teresita sea una realidad maravillosa! ¡¡Vamos adelante!!
P.D. Les compartimos el testimonio de Gianluca, quien junto a su familia vivían aquí en esa época.
“Si cierro los ojos hoy veo un maravilloso filme inspirado por Dios. Él le sugirió a Madre Elvira la idea de realizarlo. Durante una de sus visitas a Mogi, mientras visitábamos el lugar, se detuvo, miró alrededor y dijo: ‘Aquí construiremos una casa’. Nos sorprendimos y no sabíamos para quién sería esa casa que ella quería que hiciéramos. Al final, luego de unos meses comenzamos, basados en a fe y en la confianza que podría salir algo bello. En esos meses recuerdo mucho entusiasmo y muchas preguntas sobre cómo sería el lugar.
El proyecto de la casa era un edificio muy grande: 40 m x 10 m, con una capilla en el último piso para contemplar la belleza de la naturaleza circundante. La construcción de la casa comenzó con la ayuda preciosa de los jóvenes adolescentes de la misión, a quienes hasta hoy les agradezco por el enorme esfuerzo que hicieron, ya que tuvieron que dividir el tiempo entre la escuela, la oración y la construcción. Fue un verdadero esfuerzo para ellos y creo aún hoy que debe haberlos ayudado a construir su personalidad y su fuerza de voluntad. Fue una gran y extraordinaria experiencia para todos. No les voy a negar que más de una vez me pregunté qué estaba haciendo en el medio del bosque, colocando miles de ladrillos. Recuerdo muy bien cuántos pozos hicimos para los cimientos…todo a mano: fueron exactamente 166 agujeros de 5 metros cada uno. En esos momentos, cuando todavía no lograba imaginar qué sería ese lugar, me repetía: “¡Sólo por ti, Jesús!” Esto siempre me dio la fuerza para seguir adelante.
La Providencia nunca faltó, siempre puntual: era la señal de Dios de que debía ir adelante con fe.
Cuando terminamos la Madre nos dijo que sería una casa para recuperación de jóvenes con problemas de droga. Nos asombramos más aún, ya que una casa para adultos que aún estaban en el camino de sanación, junto a la misión con niños, no estaría bien. Y fue lo contrario, la casa de Santa Teresita se transformó en una gran fuerza para la misión. Una vez más, la Madre había mirado más allá.
En los años que pasé en la Comunidad tuve la gracia de haber abierto varias casas: en Medjugorje abrí la que hoy es la casa de mujeres; después me llamaron para construir el “Villagio della Pace” en Saluzzo; después, en Brasil fui a abrir la casa de Jau, todas experiencias que me salvaron la vida y me enriquecieron el corazón, pero la Fraternidad Santa Teresita, donde vivo hoy, me robó el corazón. Hasta hoy encuentro un amor profundo y una relación con Dios que antes nunca había experimentado.
Gracias Madre Elvira por este gran tesoro que me llena el corazón de alegría. Un gracias grande a todos los jóvenes con los que compartí camino en Santa Teresita. Gracias también a todos los adolescentes que ayudaron a construir la casa. Un agradecimiento muy especial a todos los amigos de esta casa que ayudaron desde el principio a hacer de este lugar un rincón del paraíso. Quiero recordar a mi querido amigo el veterinario Nilo y a su familia , Dimas, su hermano, el pueblo Mogivet, que siempre ayudó con el alimento de los animales, Eugenio, el que primero nos donó dos vacas, el Padre José Sometti, que bendijo la casa en su primer aniversario, el presidente Giacomo Guarnera, con tanto trabajo legal y todos los amigos que con sus gestos de amor y atención fueron Providencia para nosotros.
El agradecimiento más grande es a Dios que había soñado este lugar para nosotros y a la Virgen de Fátima que nos sostuvo desde el principio.
Dios los bendiga a todos. Gianluca