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LIBERIA ¡RESUCITO, ALELUYA! |
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Misión Santa Josefina Bakhita,
28 de abril 2019
¡¡Cristo vive! ¡Él vive y te quiere vivo! Él está en ti, Él está contigo y no se irá más. Por más que te alejes, junto a ti está el Resucitado, que te llama y te espera para recomenzar.” Papa Francisco
Queridísima Madre Elvira y queridísimos todos,
¡Cristo vive! ¡Cristo resucitó! ¡Con mucha alegría les deseamos Feliz Pascua!
Compartimos con ustedes cómo hemos vivido este período. El Jueves Santo, nuestro párroco, Padre Paul, vino a celebrar la Misa y a lavar los pies a 12 de nuestros niños.
Para la celebración vinieron tantos vecinos que cuando acompañamos a Jesús en el “Getsemaní”, que era la capilla de “nuestra” Casa de Retiros, éramos muchísimos para adorar y agradecer al Señor en el Santísimo Sacramento.
El Viernes Santo fuimos a la parroquia mientras los más pequeños quedaron en casa para la liturgia preparada especialmente para ellos, para que puedan comprender mejor el significado de la Pasión y el beso a la Cruz.
En esta Cuaresma nos dimos cuenta cuánto crecieron nuestros niños: el viernes a la noche, junto a los más grandes vimos un film bíblico; estaban muy interesados y después nos hicieron miles de preguntas, que a veces no sabíamos responder.
El Sábado Santo preparamos cuidadosamente la Vigilia y la Adoración, para poder vivir la alegría de la Resurrección aún sin la Santa Misa. Comenzamos la oración a oscuras y después llevamos la luz, símbolo de Jesús que vence las tinieblas y después de haber ofrecido la vida de cada uno, cantamos el “Gloria” mientras sonaban las campanas y era expuesto el Santísimo Sacramento. Estaba con nosotros Rafaela, hermana de la tía Gabri, y nuestros amigos españoles Ángel, Sonia y Maytri. Fue un bello momento ya que nuestros niños, verdaderos africanos, cantan y alaban al Señor con mucha alegría y un amor que contagia, que sorprende y nos hace reflexionar.
Después de la Adoración encendimos una gran fogata. Mientras cantábamos y bailábamos alrededor del fuego, llegaron muchos vecinos, a quienes invitamos a comer arroz y a bailar.
El domingo para la Santa Misa, nuestra capilla estaba llenísima: lo que nos hace muy felices porque cuando los espacios comienzan a quedar chicos significa que hay mucha vida para recibir.
Agradecemos por el don de los amigos, porque aún en un lugar tan pobre y distante del “Corazón de la Comunidad”, encontramos personas que en el “Cenacolo” se sienten en casa, en familia.
Por la mañana, luego de pasar un rato divertido con los niños que tenían que buscar alrededor de la casa las bolsitas con huevos de chocolate y caramelos, fuimos algunos a llevar Providencia a una institución que conocemos hace unos meses.
Es una misión que fue abierta en los 60’, y que está construida en una bellísima zona junto al río. Desgraciadamente desde hace años los responsables reciben muy poca ayuda económica y la esplendida construcción ya está en decadencia y necesita mantenimiento.
Nos emocionó cómo nos recibieron desde la primera vez que los visitamos: son cristianos no católicos con un gran deseo de amar y educar a los niños que alojan y van a su escuela. Cuando llegamos el día de Pascua, estaban celebrando su liturgia y era justo en el ofertorio. Pusieron lo que llevamos nosotros bajo al altar y juntos alabamos y agradecimos a Dios. Fue un bello momento ecuménico, amistad y diálogo, que nos hizo ver que tenemos el mismo amor por Dios y el mismo deseo de servirlo y anunciarlo con la vida.
Cuando regresamos, luego de un buen almuerzo pascual, bajamos al campo grande para un aguerrido partido de kickball.
El lunes por la tarde nuestra escuela se transformó en un pequeño cine y vimos un lindo dibujo animado, con popcorn para la merienda, con muchos amigos y vecinos.
Ayer, Fiesta de la Divina Misericordia, tuvimos el honor de recibir a un querido amigo, el Padre Michel Burter. Este sacerdote es el director espiritual del Seminario Mayor de Gbarnga (el único seminario de Liberia), es una persona muy cercana a Dios. Es un gran privilegio que haya querido pasar con nosotros tres días de vacaciones y fue un gran don poder confesarnos y celebrar la Santa Misa.
En suma, Dios es grande y su Providencia, material y espiritual nos acompaña siempre.
Agradecemos a los padres polacos por la oferta que nos enviaron; al papá Tomás, el papá de la tía Marie por el trabajo, la amistad y el apoyo que nos dio cuando vino; los padres de España por la oferta que colectaron en su peregrinación a Lourdes y que nos mandaron con Ángel y Sonia y a muchos otros amigos por su corazón bueno y generoso. La lista de “Gracias” sería muy larga, pero queremos decirle a todos ustedes, los que nos apoyan espiritual y materialmente: “¡Gracias! ¡Que el Señor los bendiga y los recompense!”
“
Cristo vive y nos quiere vivos”…y atentos a las necesidades de los hermanos. Por eso agradecemos a Dios también por el servicio que nuestro doctor Marlon sigue prestando en una clínica cercana a la misión. Es una pequeña gota, pero cada miércoles visita y atiende gratuitamente a 20 pacientes.
“Cristo vive…y nos quiere vivos” y activos y por eso agradecemos a todos nuestros tíos, pero especialmente a tío Ernesto que está trabajando mucho para remodelar nuestros baños.
“Cristo vive…y nos quiere vivos” y de rodillas delante de Él. Por eso desde hace un mes comenzamos a hacer la Adoración Perpetua durante el día. Solo en Él, Vivo, Resucitado y presente en la Eucaristía encontramos la fuerza para superar nuestros miedos, debilidades, pobrezas, pereza, diversidad, dudas, luchas, fatigas…y siempre recomenzar.
Con mucho amor y amistad los llevamos al Santuario de la “Reina de la Paz” y pedimos a la Virgen María que los bendiga, los guíe y los proteja siempre.
We love you plenty OH!
La familia de Liberia