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¡Noticias de Costa Rica! |
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Costa Rica, Noviembre 2017
Queridísimos todos, con mucha alegría les escribimos desde Costa Rica, donde hemos pasado una semana intensa con los jóvenes.
Fue una semana plena, rica, principalmente de amistad con los jóvenes. En una casa pequeña el clima siempre es “cálido”, en el sentido que te hace vivir el calor de una familia que calienta el corazón y al mismo tiempo nos pide que nos esforcemos para querernos, aceptarnos, estar cerca y ayudarse. Los jóvenes están bien, creciendo en la unidad, en la amistad y poco a poco dando forma a la casa.
La presencia de jóvenes siempre es refrescante, siempre lleva una oleada de alegría, de voluntad para transmitir lo que es la Comunidad: vida. El sábado se realizó en la casa un encuentro con los amigos, que estaban muy felices de compartir con nosotros la jornada, una jornada de oración, amistad y compartir. Los primeros dos jóvenes de Costa Rica dieron su breve testimonio sobre qué es lo que están encontrando en la Comunidad; fue muy conmovedor ¡ambos dijeron que veían a la Comunidad como “casa”! Me conmovió mucho porque me hizo recordar qué fue lo que me tocó a mí al comienzo del camino y me hizo permanecer aquí.
Don Andrea recordó a los amigos la importancia de la fidelidad, perseverar en esta obra para que todo crezca bien y darle al Señor la oportunidad de salvar muchas vidas.
El martes estuvimos en la curia de San Isidro, la ciudad más cercana, donde encontramos un grupo de amigos y personas que formaron un grupo de oración que todos los martes se juntan para rezar por nosotros.
Fue un gran don ver que hay gente que reza por nosotros para que podamos llegar a todos los que necesitan. Los jóvenes golpean, señal de que estamos en el lugar que el Señor quiere; en estos días hay tres jóvenes haciendo jornada, dos de ellos jóvenes de edad. Fue emocionante ver cómo del miedo y la timidez con que llegaron, pasaron a no tener miedo de las miradas, de hablar y hasta de sonreír. ¡La Comunidad toca los corazones!
Antes de partir, un pequeño grupo fue a San José para grabar un programa de Radio María que será difundido a menudo en diversos horarios para que se conozca nuestra presencia, cómo deseamos transmitir esperanza a quienes, como nosotros antes, se encuentra en la oscuridad de las tinieblas, a la búsqueda de la luz, la vida, la esperanza.
Esa misma noche estuvimos en un programa en vivo donde presentamos y testimoniamos la Comunidad en nuestras vidas.
Agradecemos por el don recibido porque siempre es un mirarse adentro que sana nuestros corazones e ilumina el paso de Dios en nuestra vida.
Agradecemos también el esfuerzo y la amistad del Padre Héctor, Alberto, Nidia, por sus esfuerzos para que la Comunidad sea conocida y brinde ayuda a muchas personas necesitadas de ayuda y esperanza.
Los jóvenes de Costa Rica