05

 

La Estrella

Los ángeles y la estrella cometa  son el signo de que nosotros estamos llamados a ir a la gruta y adorar al Señor. Podríamos pensar: habría sido mejor si la estrella de Jesús se hubiese aparecido en Roma sobre el monte Palatino, desde el que Augusto reinaba en el mundo; todo el imperio se habría hecho enseguida cristiano. O también, si hubiese iluminado el palacio de Herodes, este podría haber hecho el bien, en vez del mal.  Pero la luz de Dios no va hacia los que brillan con luz propia. Dios se propone, no se impone; ilumina, pero no deslumbra. Siempre hay una gran  tentación de confundir la luz de Dios con las luces del mundo. ¡Cuántas veces hemos seguido los seductores resplandores del poder y de la fama, convencidos de prestar un buen servicio al Evangelio!  Pero así hemos vuelto el foco de luz hacia la parte equivocada, porque Dios no está allí. Su luz tenue brilla en el amor humilde.

(Homilía Epifanía 2019)