ALICIA PARTIÓ AL CIELO

 

ALICIA 6Buenos Aires, 1 de enero 2024

Nuestra querida amiga Alicia Uriburu, quién caminó infatigablemente durante estos 18 años junto a la Comunidad, regresó a la Casa del Padre al comenzar este nuevo año.

En los primeros tiempos de Argentina fue ella la que puso orden en la parte administrativa que no sabíamos muy bien cómo manejar. Era secretaria del Padre Eduardo Perez dal Lago y durante mucho tiempo hizo lo mismo para la Comunidad.

Generosa y amable, aunque con mucha rectitud, no faltó nunca a los coloquios presenciales de los padres, dando siempre una palabra de consuelo y amistad. Ella recibió mucho amor de Madre Elvira, a quien conoció y tuvo la alegría de encontrar varias veces. En una oportunidad, en un viaje a Italia, Madre Elvira le anunció: “el 8 de diciembre se abre la casa de Argentina”…. Regresó con mucha alegría y así fue.

Damos gracias a Dios por haber compartido todos estos años con Alicia, por su puntualidad, su exactitud, su manera de organizar, su gran inteligencia pero más grande  su corazón.

"Brille para ella la luz perpetua, descanse en paz!"

 

 

Testimonio

Queridos amigos de la Comunidad Cenacolo,

Este nuevo año 2024 nos recibió con la inesperada noticia de la repentina partida de nuestra queridísima amiga Alicia Uriburu, fallecida ayer 1° de enero.

Alicia integró desde el primer momento, el grupo de oración que se formó en Argentina para pedir por la llegada de la Comunidad a nuestro país. Se deslumbró con su carisma y con la personalidad de Madre Elvira. Estuvo abierta a la novedad que Dios nos traía, aún sin entender todo, como a todos nos pasaba en esos años. Tampoco imaginábamos entonces el profundo vínculo de amistad y de afecto que se generaría.

Como en todas las actividades de su vida, Alicia asumió con alegría, responsabilidad y entusiasmo, la tarea que se le proponía. Fue una excelente consejera gracias a su sensatez e inteligencia. Sus aportes siempre fueron constructivos, concretos y simples, en la búsqueda de soluciones.

En el ejemplo puntual de su actividad en nuestra Comunidad, entre muchas tareas, organizó cada reunión mensual del grupo de amigos llevando registro de cada tema, asistió puntualmente a cada coloquio presencial recibiendo a personas y familias que buscaban un alivio en las puertas de la Comunidad. Su teléfono siempre estuvo disponible para recibir el pedido casi siempre desesperado de personas en búsqueda de una respuesta a sus problemas. Puso generosa, muy generosamente, los medios a su alcance para dar respuesta a necesidades concretas.ALICIA 3

Aún si no estaba en total acuerdo y manteniendo una posición personal, siempre aceptaba lo resuelto y allí iba su dedicación en lo que a ella le competía. Fue, desde todo punto de vista y en todas sus múltiples facetas, una gran trabajadora. Muchas veces la oímos decir “a seguir trabajando en la viña” y ponía manos a la obra, nunca perdía el tiempo. Nada hacía por aparentar ni esperaba reconocimientos. Atenta a la Palabra de Dios, había comprendido muy bien su lugar de servidora, haciendo lo que le había sido indicado y lo hacía feliz porque sabía muy bien para Quién lo hacía.

Querida Alicia, trabajaste incansablemente, hoy el Señor te llamó a su presencia, Él mismo te reconocerá tu entrega y tu amor, y te hará entrar a gozar, merecidamente, de su descanso, junto a tantos afectos que, con una gran sonrisa y los brazos abiertos, te estarían esperando desde hace tiempo.

Hoy a nosotros, nos queda extrañar tu presencia, tus llamados, tus palabras, tu sonrisa, tu decir agradable y lleno de calidad y calidez, pero caminando seguros en la senda de la esperanza de un nuevo encuentro en la plenitud de la Vida.

Dice Madre Elvira que en la Comunidad vivimos de la Providencia, y que para la Comunidad la primera providencia son los amigos. Alicia, fuiste sin duda una gran providencia para el Cenacolo y un gran regalo del Señor para todos los que te conocimos y compartimos este tramo de la peregrinación.

Queridos amigos, tengamos muy presente a Alicia en nuestra oración personal y comunitaria en este día, y pidamos a María que la colme de su ternura.

Un abrazo,

Rafa

                                                                                                   + Buenos Aires, enero de 2024