Andres

 

Andres

Soy Andrés, tengo 23 años y vengo de Colombia. Estoy feliz de contarles mi paso de “la oscuridad a la Luz”.

Vengo de una familia formada por padre, madre y tres hermanos. Mi padre es abogado y mi madre comerciante. Mis padres trabajaban todo el día para que pudiéramos tener buen nivel de vida. En mi niñez estuve mucho tiempo solo, comencé a salir por el barrio, haciendo amigos que me parecían buenos. En mi casa comenzaron los problemas: mi papá tomaba y llegaba borracho, discutíamos, peleábamos, él también peleaba con mi mamá y todo esto me hacía muy mal.

Cuando tenía 13 años conocí las drogas, los problemas entre mis padres aumentaron, entonces me di cuenta de que teniendo todo no tenía nada, estaba vacío por dentro. Decidí callar y olvidar, me drogué para no pensar más en lo que pasaba en casa. Cuando tenía 15 años, comencé a ir a psicólogos, psiquiatras, terapeutas, pero nada me ayudó.andres 2

El mal siempre me volvió a conquistar, después de ocho años intentando por mi cuenta salir de ese mundo conocí la Comunidad Cenacolo por mi primo, que también hizo su camino. Hice los coloquios, me interesó, y el 5 de enero de 2019 fui a la casa de Supe, en Perú. Sabía que no iba a ser fácil, pero estaba dispuesto a cambiar mi vida. Comencé a caminar, a hacer lo que la Comunidad me pedía y entendí que solo Dios me podía ayudar.
Hoy después de 2 años, estoy feliz de haber podido encontrarme a mí mismo, de encontrarme con Dios; logré sanar las heridas del pasado, logré perdonar a mi papá, a mi mamá y lo más importante perdonarme a mí mismo y darme cuenta. que soy mucho más feliz ahora viviendo en la sencillez de la Comunidad, con lo que Dios me da. Ahora que estoy en Brasil y puedo apreciar todo lo que tengo y los dones que Dios y la Comunidad me dan. Siento dentro de mí que tengo muchas más cosas que cambiar, muchos pasos que hacer para crecer como persona, pero dentro de mí sé que Dios me dará fuerzas para superar mis dificultades, y sé que todo saldrá bien.
andres 5Quiero agradecer a la Comunidad por abrirme las puertas, por enseñarme a vivir, por poder ser luz para otros jóvenes. Agradezco que aquí encontré el significado de amar, perdonar y pedir perdón. Encontré una manera de vivir mucho mejor que antes, aprendí a ser sincero, a no tener miedo al juicio del otro y estoy con personas que me aceptan como soy, me ayudan cada día a mejorar, son verdaderamente amigos.

La Comunidad me devolvió la dignidad personal, me hizo darme cuenta de que cada día puedo dar mucho más de mí, sin limitarme y siempre superarme. Gracias a la Comunidad y a Dios, tengo una nueva oportunidad de vida para mostrarme qué camino debo seguir y agradezco la vida de nuestra Madre Elvira y todo lo que están haciendo por cada uno de nosotros.