De Brasil


MOGI1Brasil, Mogi das Cruzes
Tiempo de Cuaresma, abril 2020

“Estamos en la misma barca, con el Señor no podemos que temer.” Papa Francisco

Somos Isaac y Lucia y nuestra casa también fue bendecida con el don de la vida: con alegría vivimos la llegada de los gemelos Rafael y Martin. Toda nuestra familia ha comenzado esta nueva aventura en doble dosis! Dios es tan grande y bueno que no deja de darnos la oportunidad de aprender que la vida siempre es novedad. También la Providencia quiso que estuviera aquí la “abuela Verónica”, mamá de Isaac, que llegó de México para conocer a sus nietos y se quedó por tiempo indeterminado… ya que se cerraron las fronteras! Su presencia como mamá y abuela que se entrega es un don para nosotros y para toda la misión! ¡Gracias! Los hermanotos mayores, Manuel y Guadalupe, están muy contentos con los gemelos y los quieren cuidar y entretener todo el tiempo. Nosotros tratamos, con la ayuda de Nuestra Señora Aparecida, de dejarles su espacio y no descuidar la atención que necesitan. Gracias a Dios hay un lindo grupo de iños de su edad, todos en casa por la cuarentena…Es bello ver cómo tenemos que ser creativos y usar nuestros dones para llenar la jornada con juegos, competencias, deportes, paseos. Su energía es inagotable y aceptan felices todas las propuestas. Una vez más gracias a Madre Elvira por enseñarnos a abrazar la vida, a vivir cada día como un día nuevo, a pesar de nuestra pobreza, siempre se puede recomenzar. ¡Gracias, gracias, gracias! Agradecemos mucho la presencia de Jesús en la capilla y tener a Don Eugenio que celebra la Misa todos los días para nosotros… Es una oportunidad para poder rezar por todos los que no pueden asistir a la Eucaristía. Agradecemos también porque en la Vigilia de Pascua Rafael y Mrartín fueron bautizados. Fue muy bello elegir el Bautismo aún sin la presencia de amigos y familiares, ni los padrinos que habíamos pensado…aunque en casa no teníamos ajuar blanco…¡no importa, usamos pijamas blancos! ¡El sacramento vale más! ISAAC Y LUCÍA

Me llamo Osman Junior y tengo 18 años. Esta Cuaresma es la cuarta que vivo en Comunidad. Siempre, cuando se habla de la Cuaresma se piensa en sacrificio y renuncia. Para mi, es un tiempoMOGI3 de reflexión, ya que viviendo este camino de oración, siento que Jesús está cerca de mi corazón y a menudo pienso en el gran amor que tiene Él por cada uno de nosotros. Agradezco poder vivir la Cuaresma y acercarme al señor, sintiendo Su presencia en los pequeños sacrificios que podía hacer por los demás. Para mí es muy importante aceptar la voluntad de Dios en las renuncias y en las cosas que debo hacer cada día. En este tiempo , la Providencia de Dios nos ha abrazado sin parar. Durante la Cuaresma trato de vivir en paz para llegar a la Pascua sintiendo en el corazón la Resurrección y vivirla con fe! Todos los días he sentido esta verdad: Jesús hizo todo por mí. ¡Gracias! OSMAN JUNIOR

Somos Melany y Michele, les escribimos desde la misión de Mogi para compartir las cosas que vivimos en este tiempo. Estamos en comunión de oración con toda la Comunidad, que en todo el mundo reza por la preocupación y miedo por la emergencia del Coronavirus. Por ese motivo, aquí en Brasil, varias instituciones que reciben niños de la calle tuvieron que cerrar temporalmente porque los directivos estaban en su casa por la cuarentena, entonces, tenían que dividir a los niños entre las familias que los podían recibir. Así fue como nos pidieron que recibamos a un bebé de 4 meses que se llama Pedro. Para nosotros, su arribo fue un gran don. Como familia habíamos vuelto a la misión para ayudar a más niños aparte de nuestros hijos. Pero por un tiempo, por las leyes del estado no podíamos recibir a los niños que llegaban a nuestra misión. Sentimos en el corazón que el señor confirmó nuestro deseo de vivir y luchar por la vida, con un corazón misionero y agradecemos la llegada de Pedro. ¡Agradecemos de corazón a la Comunidad y a Madre Elvira que nos empuja a donarnos y a incomodarnos sin miedo! Y esto no es algo que se puede aprender una vez para siempre, sino que hay que luchar todos los días para vivirla bien. MELANI Y MICHELE

En este momento un poco difícil, ya sea por la Cuaresma , que siempre es sacrificio, pero también por la pandemia del coronavirus, ha llegado a nuestra casa la alegría más grande: el regreso de los niños a nuestra misión . Fui transferida de Bahía, donde estaba con los adolescentes; allí se necesitaba fuerza física y mental, mucho entusiasmo y voluntad para correr y trabajar, para superarse todo el tiempo. Hoy me encuentro en una realidad distinta en la misión de Mogi das Cruzes, 7 bebés y 6 pequeños niños de 1-4 años. La vida me pide otra madurez, delicadeza, ternura, paciencia, esperar y repetir. Es un crecimiento como nunca había vivido y me está haciendo descubrir la maternidad que tenía adentro y que estos pequeños necesitan. Entre nosotros (tíos, tías, hermanos consagrados y familias misioneras) estamos construyendo una amistad pura y verdadera. A veces tenemos problemas por nuestra gran pobreza, pero la unión con Cristo nos vuelve ricos. Cada uno tiene su historia, con sus heridas, pero al mismo tiempo ha sido salvado y elegido por Dios. ¡Ellos son el tesoro de nuestra misión! El amor es más importante y más potente que toda estrategia o método educativo: porque es el amor el que sana, el que cura, el que enseña, el amor nos cambia! El amor es todo, y amor somos nosotros porque Jesús que es amor, nos ama! JANA

MOGI2¡Verdaderamente la vida siempre es una novedad!! Después de años de camino comunitario tengo el don de experimentar la belleza de la vida en la misión. El tiempo de Cuaresma este año fue particular: la situación que el mundo está pasando por la emergencia del coronavirus también tocó mi vida. Para mí este tiempo en la misión de Mogi es un tiempo de gracia, de maravilla, de asombro, de la posibilidad de aprender muchas cosas. Mis proyectos, mis deseos, mis certezas los estoy poniendo en segundo plano…Mirando lo que pasa en el mundo, muchas veces me pregunto: ¿Por qué? Por qué tanto sufrimiento, tanta enfermedad, muerte, miedo, angustia?” pero después, mirando los pequeños que el Señor nos encomendó, abandonados y heridos y viendo el amor y el servicio que reciben de nosotros, pobres, sentí en el corazón que el Señor está aquí, en cada situación de la vida. Estoy feliz porque hoy mi corazón es capaz de conmoverse ante el llanto de un niño, frente al amor de las tías que se entregan sin cálculo, frente al amor de las familias misioneras que siempre están abiertas para recibir la vida! En nuestra misión me siento amado y recibido por todos…no por lo que hago o lo que tengo, sino por lo que soy, con todas mis pobrezas y debilidades. Agradezco a Jesús, de todo corazón porque cada día refuerza en mi corazón el deseo de seguirlo y de estar para todos. FRATEL SLAVEN