3° Aniversario en Supe

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3° ANIVERSARIO EN SUPE

Supe, Perú 26 de octubre 2019

“Los pobres son los que todavía no encontraron el amor, la paz y la fe”  Madre Elvira

Parece mentira, pero pasó el tiempo para nosotros inmersos en el amor y hoy, después de tres años, nuestro amado desierto de Supe sigue floreciendo.

“Queremos ser las manos, el rostro, el corazón del Amor que el mundo busca, y sobre todo los jóvenes; ese amor hecho de pequeños gestos cotidianos que día a día hacen de tu vida un don para los demás.”

Supe 4Cuando encontramos a Jesús todo cambia, se renueva, nada es como antes, somos hombres nuevos, con el rostro sereno y los ojos luminosos.

Hoy sabemos que Jesús vive aquí con nosotros.

Cómo no recordar los bellísimos momentos vividos hace tres años cuando, gracias al SÍ de Madre Elvira, con nuestro Rosario en la mano comenzamos este proyecto.

Nunca olvidaremos esta enseñanza: “Si la semilla se siembra con fe y se cuida con perseverancia, recoger los frutos solo será una cuestión de tiempo.”

Gracias a todos los que participaron e hicieron realidad este proyecto.

La Santa Misa fue celebrada por el Padre Jorge, párroco de nuestra iglesia de Supe-Puerto. Fueron sabias sus palabras en la homilía, diciendo que en nuestra Comunidad se escuchan, se viven gestos que hacen saber que todos somos hermanos en Jesús, todos estamos revestidos del inmenso amor de Dios.

Nos asombramos de la presentación de nuestros hermanos del coro. Nuevas canciones, nuevos gestos que hicieron inolvidable la liturgia.

En el almuerzo compartimos con mucha alegría con María, llegada de Argentina, Marco Antonio y su mujer Loli, de Ecuador, Sor Marica y los jóvenes de Rayo de Luz, mi familia que ha dicho “Eccomi” y, obviamente, una mención especial para nuestras familias en camino y los amigos de la Comunidad.

Finalizamos con un atardecer espléndido, rezando todos juntos la Coronilla de la Divina Misericordia, luego los testimonios de Andrés y de Josué que pusieron el acento sobre la confianza en nuestra fe. Es un hecho concreto, como el paso de nuestra vida de las tinieblas a la Luz.
Llegó el momento de partir, todos nos abrazamos y nos felicitamos por el logro renovando nuestro amor y nuestro empeño por la Comunidad.

Agradecemos al Señor por el don de nuestra casa aquí, en el desierto de Supe.

Agradecemos a todos los benefactores que nos ayudan con la Providencia y que hacen que podamos vivir en este lugar tan especial.

¡Gracias a Madre Elvira y a toda la Comunidad porque tienen confianza en nosotros!
¡Gracias!!

Los jóvenes de la Fraternidad “El Señor de los Milagros”

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